Contador

sábado, 17 de septiembre de 2011

Beneficios del Agua de Mar

Rene Quinton nunca morirá

Sus conocimientos sobre el agua de mar y que dejo reflejados en varios libros, están siendo transmitidos de boca en boca a toda la humanidad. A pesar de los esfuerzos de multinacionales o instituciones interesadas de borrar su nombre y su sabiduría, la historia no la pueden destruir y Quinton salvó la vida de miles de personas y de niños desnutridos SÓLO CON AGUA DE MAR.

Tampoco pueden hacer desaparecer, la legión de hombres, mujeres y niños, que están bebiendo agua de mar que como una ola, recorre los corazones y las mentes de las sociedades. Jamás lograrán sus detractores hacerlo olvidar. La Asociación OMDIMAR, retoma la antorcha de su existencia y de su conocimiento, para alumbrar a quienes no saben quién fue René Quinton y seguir sus enseñanzas y prácticas con el agua de mar.


Enviado por: Pedro Pozas Terrados . Director Ejecutivo Proyecto Gran Simio/España .

Rene Quintón, en su época, era respetado y querido por millones de personas. No era médico, era un sabio que demostró con sus investigaciones y la puesta en práctica de sus conocimientos, que el agua de mar cura y previene enfermedades crónicas, evita la desnutrición (causa principal de todo tipo de enfermedades) y puede evitar la muerte de millones de personas creándose dispensarios y oasis marinos, donde plantas muy nutritivas como la Salicornia o Portulacasia, regadas sólo con agua de mar, son un alimento esencial para el cuerpo humano. Además ya se han desarrollado otras semillas como patatas, tomates y otras variedades de verduras que pueden ser regadas con agua de mar.

Este gran sabio fue muy respetado y alabado por toda la sociedad parisina mientras vivió y numerosos científicos le apoyaron y dieron fe de sus curaciones con agua de mar.

Ya en 1897, en el Laboratorio de Fisiología Patológica de Estudios Superiores del College de France, Quinton realiza una serie de experimentos extrayendo la sangre de unos perros y sustituyéndola por agua de mar con gran éxito, recuperándose a los pocos días y demostrando que la sangre puede ser sustituida por agua de mar. Tras muchos años de investigación y observación, Rene establece la ley de Constancia Marina, de las que derivó Ley de Constancia Térmica, Ley de Constancia Osmótica y la Ley de Constancia Lumínica. Este gran sabio, con su descubrimiento, hace temblar muchos pilares de la ciencia médica y evolutiva. Tal vez ese ha sido el motivo principal por lo que años después tras su muerte,  sus investigaciones, sus cuadernos, sus dispensarios marinos, hayan sido borrados, dentro de un verdadero atentado contra la sabiduría de la humanidad.

Ese mismo año, entre julio y agosto, Quinton en el Hospital de Duflocq, administra a un primer enfermo (en coma terminal por tifus) una inyección intravenosa muy fuerte de agua de mar isotonizada. Predice al personal del hospital, que se recuperará, pedirá beber agua y un poco de alimento. Cuando Rene vuelve al cabo de 7 horas, el enfermo esta totalmente recuperado, fuera de peligro. Los casos, en vista de la curación realizada, se repiten y los vuelve a curar. Realiza un experimento. Comprueba que huevos de erizo de tierra y glóbulos blancos sobreviven en agua de mar isotonizada con agua de manantial. Quinton aplica su tratamiento exitosamente  por vía subcutánea el tratamiento marino con agua de mar isotonizada en hospitales (S.Louis, Beaujon, Hotel Dieu, Tenoir, Maison Dubois, Pité, Duflocq, Vázquez, Klippel, Acvhard, Brandt, Widal), en el asilo de Mouleaux, cerca de Arcachon  de París. Más tarde deja la vía intravenosa por la vía hipodérmica, más práctica y escribe en su libro El agua de mar medio orgánico que la ciencia oficialista ha querido olvidar para siempre, que muchos médicos comenzaron a obtener buenos resultados con inyecciones de agua de mar pura.

Encarecidamente implora que la terapia marina debe ser estudiada más a fondo debido a sus grandes virtudes curativas. Sigue escribiendo que las curas son diarias, por lo que se hace necesario insistir que tenemos un verdadero tratamiento químico marino: el aire que se respira en la costa, además de cloruro sódico, tiene en suspensión gotitas provenientes de las olas, arrastradas por el viento y de las que el organismo se impregna continuamente, favoreciendo nuestro medio interno, nuestro organismo.

En 1903, el uso del plama marino de Quinton con agua de mar, es reconocido por la Sanidad francesa. La Seguridad social francesa lo reconoce, lo paga y lo usa hasta 1982.

¿Quién se ha atrevido a sepultar los beneficios del agua de mar que Rene puso sobre el tapete público y que fue reconocido por las Autoridades francesas? ¿Quién se ha beneficiado de ocultar a la sociedad este descubrimiento de Quinton, haciéndose cómplice homicida? ¿Quién ha obtenido beneficios ocultando el poder curativo del agua de mar? ¿Porqué los científicos no han sacado a la luz este descubrimiento, enterrándolo en el olvidado más absoluto de los silencios? Es una vergüenza inaudita que estas investigaciones realizadas en Paris y apoyada por la medicina de aquel entonces, sea borrada de la historia, olvidando un gran avance para la salud de las personas y que de forma gratuita, la naturaleza nos lo entrega en bandeja.

En su libro, Rene nos dice: “El agua de mar introducido en un medio vital viciado, renueva el líquido de cultivo de las células orgánicas, acelerando la vitalidad de las mismas y al mismo tiempo, renueva el líquido de cultivo de las células bacterianas”. Esta frase lo dice todo, unas palabras que deberían marcarse en oro en la misma plaza de Notre Damme de Paris donde se encuentra el Hospital Hotel Dieu donde estuvo Rene administrando la esperanza y la vitalidad del mar a los enfermos desahuciados por la medicina convencional.

En 1904, Rene Quinton presenta su libro en la Academia de Ciencias. Tiene una gran repercusión, no sólo científicamente, sino filosófica, moral, religiosa, política e internacional y de él se hacen eco numerosas revistas y periódicos que hablan del “Darwin francés”. En 1905, salva la vida de cientos de niños con el tratamiento de agua de mar al estar desnutridos y ser fuentes de numerosas enfermedades. En 1906, en una epidemia de cólera infantil con muy alta mortalidad, salva el 100% de los niños tratados con el plasma marino. En 1912, se abren numerosos dispensarios marinos en Paris y Francia, por iniciativa de muchos médicos. En Lyon dirigido por el Doctor Jean Jarricot, se realiza más de 150.000 inyecciones de agua de mar al año. Se crean servicios de inyecciones de agua de mar en muchas secciones de Hospitales y de Obras Benéficas de la época. El Doctor Armulphy, introduce el método marino en la medicina convencional de Estados Unidos. Hospitales como el de Children´s Hospital de Boston, adopta el suero marino. Aparecen clínicas marinas en Italia, Suiza, Bélgica, Holanda y Argelia.

Ante esta conformidad y aplauso por la medicina tradicional de las curaciones con agua de mar y por parte de cientos de médicos..¿Por qué en la actualidad se ha erguido el muro del olvido a Rene por su gran labor y extensión de las propiedades marinas? ¿Quién ha participado en este macabro olvido que ha negado al mundo el conocimiento de las propiedades del agua de mar? Este atropello consentido, voluntario, realizado con precisión macabra, borrando todo vestigio de este gran hombre y siendo cómplice asesino por la cantidad de vidas que podrían haberse salvado desde entonces, ha sido planificado por entidades y gobiernos que olvidan por intereses creados propios o de terceros, los valores altruistas de las personas de bien, poniendo trabas al avance de la verdadera ciencia que debe estar abierta en todo momento a los conocimientos y avances científicos en beneficio de la humanidad y no dejarse acotar, canalizar y obstruir por la ciencia oficialista que solo busca el provecho para unos pocos.

El 26 de marzo de 1907, se abre el primer dispensario de Paris, cerca de la estación de Montparnasse, en la Calle de L´Arribé. El local es pequeño, moodesto y está en medio de grandes edificios. Según nos cuenta André Mahé en su libro “El Plasma de Quinton. El agua de mar, nuestro medio interno”, tenía la misma apariencia sobreviviendo a su fundador cuando 51 años más tarde, un gran profesor, un ministro y el director de Salud Pública, pusieron una placa conmemorativa grande en el número cuatro de la mencionada calle donde se encontraba el Dispensario. En medio de un grupo de enfermeras y médicos, Quinton estaba allí para acoger a las madres.

Uno de sus discípulos, Jean Jarricot dice: “nada nos borrará la inolvidable visión de las madres trayendo y mostrando sobre sus rodillas, desesperadas, a sus niños moribundos y Quinton reservado, silencioso, inmóvil pero con los labios temblorosos, vertiendo sobre ellas toda la piedad, toda la resplandeciente inteligencia, toda la imperiosa certidumbre de que puede cargarse una mirada humana, las ayudaba y curaba a sus retoños”. Se administraban cada día  trescientas inyecciones. Los indigentes que eran muchos no pagaban nada, los padres poco afortunados daban lo que podían. La influencia es tal, que pronto el dispensario está desbordado. Toda la prensa francesa e internacional acaparan el acontecimiento.

El 28 de abril de 2011, fui a dar una conferencia en la Universidad Internacional de París, sobre los grandes simios, sus derechos y la protección de su hábitat. Al día siguiente, aproveché para visitar Paris y muy ilusionado, me fui a la Calle L´Arrive para ver el último vestigio que quedaba de Rene Quinton, la placa conmemorativa al primer dispensario y a su creador. Al llegar, cual fue mi sorpresa, que en el número cuatro no había ninguna placa. Me recorrí la calle tres veces, buscando algo diminuto (a pesar de saber que era grande como puede verse en las fotografías de archivo). No encontré nada. Pregunté en una farmacia del número seis, no sabían nada de Rene Quinton. En el número cuatro, donde debería estar la placa, existía un banco y se había hecho reformas. La fachada había sido renovada en blanco, rompiendo la armonía del edificio viejo donde se albergó el Dispensario. Nada, ninguna señal, ningún vestigio....Paris, su gobierno y los encargados de cuidar los edificios antiguos, habían optado por quitar y destruir la última huella de René Quinton. Un atentado a la historia, a la cultura, a la medicina, a los grandes hombres que pudieron cambiar el destino de la humanidad. Olvidar a Rene como lo ha hecho Francia, es un fracaso a la ciencia, a su tesoro intelectual que albergó las calles de Paris.

Los franceses no conocen su historia...¿cómo lo va a conocer el mundo?. Que error mas grave han cometido, porque Rene Quinton no morirá, no ha muerto, su sabiduría y todos, las generaciones actuales y futuras, verán que la historia y los conocimientos de la humanidad, están en manos de ineptos  incultos que no saben apreciar la verdadera esencia de la dignidad, que no poseen más que un cerebro vacío y mecanizado sin neuronas, que la ciencia oficialista es la encargada de olvidar a los grandes hombres que han aportado su saber descubriendo grandes proezas y que sin embargo como ciegos inquisidores y al igual que hicieron con Copérnico, han querido enterrar para siempre sin conseguirlo, el nombre de Rene Quintón. No tenía títulos, no era médico, pero sus nociones científicas superaban con creces a los más ilustres científicos de la época, demostrando a pié de calle y de laboratorio sus descubrimientos, mientras otros sólo surtían su sapiencia  en sillones y moquetas de salón.

En 1912, la Princesa Elena, hermana de Eduardo VII, tía de Jorge V y Guillermo II, viaja a París personalmente para visitar los dispensarios de Quinton e iniciarse en el método marino, a fin de dirigir ella misma un dispensario en Londres. En verano, morían de 700 a 900 niños cada semana en el Cairo. Médicos egipcios de la Sociedad Protectora de la Infancia y el Gobernador Lord Kitchener, pidieron a Rene Quinton que fuera a estudiar el problema sobre el terreno. Rene pasa varias semanas en El Cairo y funda un dispensario en Alejandría. Su resultado es espectacular. En pocas semanas para la epidemia. Los niños reciben una inyección de agua de mar por la mañana y otra por la tarde, administrándolos 400 gramos de agua de mar durante diez días. Durante otros ocho días, los niños recibían 200 gr/dia. Rene Quinton paró el cólera y los niños dejaron de morir, convirtiéndose en un gran héroe. El Chefik Pacha de El Cairo le despide con un discurso en el que dice “Que me sea permitido unir mi voz a los hosannas de alegría que por todas partes saludan al prestigioso mago que ha venido a expulsar la plaga maldita de las madres y ha traído así la alegría a nuestras familias..”

En 1925, afectado por sus heridas en la primera guerra mundial, Rene Quinton muere en Paris de una angina de pecho, a los 58 años. Cuatro días después figuras importantes del país y una impresionante multitud, lo despiden en su funeral. Al morir, Quinton estaba en la cima de la gloria. Los Dispensarios florecían y su número aumentaba. Tras su muerte, el olvido poco a poco asoló su figura. La muerte de sus compañeros de aventura y la aparición de instrumentos clínicos modernos, provocó que uno a uno, los Dispensarios fueron cerrando. Intencionadamente, ese olvido cubrió lenta y silenciosamente su obra. Las ediciones de sus libros fueron destruidas y el laboratorio que tenía en Passac se cerró en 1980. En 1931 se erige un monumento a René Quinton en Chaumes de Brie, pueblo natal de Quinton (de adolescente, Quinton predijo que “algún día yo tendré ahí mi estatua”). Sin embargo, durante la ocupación nazi en la segunda guerra mundial, la estatua de plomo fue arrancada y fundida para hacer lo que el jamás hizo, balas para matar.

Es imperdonable que un pueblo, que unos dirigentes, que unas Universidades, que unos hombres de “ciencia”, que unos políticos o que la propia historia francesa, haya olvidado a este gran hombre que salvó la vida de miles de personas, de miles de niños desnutridos, de cientos de personas que la medicina convencional había condenado a muerte. Es imperdonable, injustificable que se haya olvidado de forma bien tramada y escalonada a este sabio que supo dejarnos un gran descubrimiento de la medicina, unas leyes de la Constancia que revolucionan muchas ideas asentadas creando nuevos paradigmas.

A Rene Quinton muchos y por muchos intereses creados, han querido borrarle del mapa, de la historia. Pero han fracasado, porque contra la dignidad humana  no hay viento arrasador que pueda hacer desaparecer los conocimientos legados por este gran sabio y Omdimar, una Asociación sin ánimo de lucro, sencilla como era Quinton, ha levantado la antorcha viva de su estela y pese al intento de destruirlo, mantendrán para siempre la llama viva de sus conocimientos y del gran poder protector y curativo del agua de mar.

Esta historia quedara reflejada con destino a las generaciones futuras para que la sociedad juzgue este ocultismo envidioso llevado a cabo contra la persona de este gran hombre y en detrimento de su gran descubrimiento. El agua de mar, es un elemento gratuito disponible para toda la humanidad y por ello, al no poder sacar rentabilidad y beneficios personales y económicos, han querido hundir en el abismo de la ignorancia a Rene Quinton. Pero el agua de mar sigue ahí, con sus propiedades curativas y como complemento alimentario para nuestra salud. Es una enseñanza que permanecerá ya viva para siempre y aunque su estatua haya sido destruida, en la historia limpia de la humanidad, su nombre brillará como un lucero permanente y su estela señalando al mar, nos indica que donde nació la primera célula, la vida, aún puede salvar la vida de millones de personas.


PEDRO POZAS TERRADOS (NEM0)



por Pedro Pozas Terrados
Octubre 14, 2010
del Sitio Web ElProyectoMatriz


“ La enfermedad que llevo conmigo
es el amor a los seres humanos”
RENÉ QUINTON
1866-1925

PEDRO POZAS TERRADOS
Naturalista. Primatologista
Director Ejecutivo y Coordinador del Proyecto Gran Simio
Voluntario activo de Greenpeace
Director de Proyecto Fotográfico Libertad
Director y guionista del Programa “Voces del Planeta”




Este segundo artículo de Pedro Pozas Terrados forma parte de una interesantísima serie monográfica, la cual está dedicada a las aportaciones de las investigaciones de René Quinton sobre las propiedades del agua del mar y sus beneficios para nuestra salud.

Para una óptima comprensión del mismo, recomendamos encarecidamente el visionado previo del primer artículo de la serie.

 

UN PLASMA MARINO AL ALCANCE DE TODOS


El mar, cuna de todos los seres vivos, fuente de vida, abre su secreto al mundo y nos entrega su tesoro más valioso: la SALUD.


René Quinton, un científico que sólo se preocupaba por la salud de las personas, descubrió las grandes propiedades curativas que tenía el mar.


Realizó varios experimentos que le llevaron a la fama, momento en el que comenzó en Francia el nacimiento de los dispensarios marinos impulsados por él. En ellos se atendía a niños desnutridos, salvándoles la vida inyectándoles agua de mar.


También trató a personas adultas de innumerables enfermedades que curaba con el mismo método.

Su fama y su remedio se extendieron por el mundo y los dispensarios marinos comenzaron a surgir en diversos países.


Las teorías de Quinton, con sus Leyes de la Constancia, nos dieron una visión del origen humano y de la salud basada en la Vida y en el equilibrio holístico (tratar a la persona como un todo, como una entidad y no por partes separadas).


En cambio, la teoría de la evolución atribuida a Darwin (copiada de Lamarck) y la Teoría de los Gérmenes de Pasteur (que en aquellos años competían intelectualmente en igualdad con las ideas de Quinton) se centraban,
en la competitividad, en la lucha, el desequilibrio y la muerte...
- Darwin, Pasteur, Lamarck y Quinton -
 
Mientras que el plasma de Quintón fortalecía el organismo en su conjunto, el suero de Pasteur, la vacuna, intentaba aniquilar un tipo de microorganismo concreto declarado enemigo, el cual era específico y por lo tanto no servía para destruir otro microbio diferente.


Quinton, desarrollando sus Leyes de la Constancia y fortaleciendo el terreno donde la célula vivía, demostraba que ningún germen patógeno podría vivir en el mismo, por lo que actuaba directamente fortaleciendo y defendiendo a todo el cuerpo ante cualquier sustancia invasora.


Pronto el plasma de Quinton curó gran número de enfermedades que se habían creído incurables y que la medicina de su tiempo y las técnicas de Pasteur simplemente ni podían tratar.

René fue considerado en todo el mundo como un gran benefactor de la Humanidad, homenajeado por gran número de Jefes de Estado, militares médicos, intelectuales… hasta el comienzo de la Primera Guerra Mundial.


Durante la misma y ante miles de soldados heridos, al no existir plasma suficiente, se empleó el plasma de mar con resultados brillantes.

Pero la guerra hizo olvidar los grandes logros de Quinton y los dispensarios fueron cerrados uno a uno en poco tiempo. El interés económico de las vacunas y de las farmacéuticas que comenzaban a invadir el mercado, prevaleció sobre la salud.


El capital va donde espera encontrar rendimiento, no el bien común.

Los poderes tenían, como hoy en día, gran interés en mantener a la población débil, enferma, diezmada y bajo control.


Por su parte, el poder económico no iba a financiar curas 100% eficaces y gratuitas, como la que nos suministra el agua del mar, teniendo a mano a Darwin y a Pasteaur como coartada teórica para justificar y producir toda una industria de artificios específicos vendibles (antibióticos, vacunas, etc.).
 
Quinton ha sido olvidado de forma increíble y premeditada, olvidado históricamente.


Sin embargo, el objeto de este artículo es dar a conocer ampliamente a la humanidad las propiedades gratuitas del mar, que existen personas que han seguido el trabajo de Quinton y que trabajan para implantarlo de nuevo, creando dispensarios y oasis marinos como legado permanente para la humanidad.

- Laureano Domínguez -



- Francisco García Donas -



- Francisco Sánchez -
 


- Ángel Gracia -
 
En el primer encuentro internacional realizado en Tenerife en el 2003, la Doctora Maria Jesús Clavera Ortíz expuso una ponencia con el título:
“El uso del agua del Mar en Pediatría” concluyendo que “el plasma marino está especialmente indicado en toda patología aguda o crónica en la que esté involucrado el aparato digestivo, mucosas, piel, así como el sistema inmunitario (infecciones o alergias)” y termina diciendo que “en los países con escasez de recursos, el agua de mar tienen un gran valor como nutriente en sí misma, como rehidratante y como un importante agente anti-infecioso natural”.
- Dra. Maria Jesús Clavera Ortiz -
 
En diciembre de 2004, coincidiendo con el 2º Congreso Internacional del Agua de Mar, en la que participaron 22 universidades, se celebró una experiencia única.

El Primer Naufragio Voluntario, en la que 7 “náufragos voluntarios”, unos durante cuatro días y otros siete, sobrevivieron sin agua dulce ni alimento, consumiendo exclusivamente agua de mar, demostrándose así, ante la Comunidad científica Internacional, el poder nutricional celular del agua de mar, suficiente como para que un náufrago sobreviva en alta mar con agua hipertónica (consumición directa), sin necesidad de beber agua dulce.

- Doctor Ángel Gracia, náufrago voluntario de 79 años -
 
Quedó desmentida la creencia popular de que quien tenga un naufragio y beba agua de mar morirá o se volverá loco.

No sólo se hidrata el náufrago, sino que se nutre celularmente. Se acabó también el mito con el que se sustentan las estadísticas que señalan que el 90% de los náufragos mueren al tercer día.

Además de hidratar el organismo mitigando su sed, el agua del mar inhibe la sensación de hambre.


Beber tres vasos de agua de mar isotónica (2/3 de agua de mar y 1/3 de agua mineral), es ideal para nuestro organismo y nos protegerá de numerosas enfermedades.

Este plasma marino es gratuito y fuente de vida.

Los dispensarios que nuevamente se están abriendo, aunque muy lentamente, deberán ser las clínicas futuras, el bienestar del ser humano que tiene a su alcance elementos gratuitos y en abundancia, para reforzar su salud.


A la mayoría de los humanos el mar nos atrae, nos fascina, nos encanta escuchar su canto cuando las olas chocan en los acantilados o se deslizan suavemente por la arena fina de las playas.

Dentro de nosotros se activa nuestro recuerdo escondido, nuestra afinidad por el lugar de donde procedemos, nuestro recuerdo celular que siente como el mar es su infinita casa, su origen, la vida misma.


Nuestro cuerpo tiene un 70% de agua de mar isotónica.

Nuestras lágrimas, el sudor, la sangre… todo es salado. El agua del mar baña todos nuestros organismos internos. Por ello tomar agua de mar, es renovar nuestros líquidos internos y proteger el medio interno para que ningún germen pueda alterar nuestra estructura.


El agua del mar presenta muchos beneficios para nuestra salud:
  • Debido a su densidad, nos facilita la relajación muscular
  • Mejora la capacidad respiratoria
  • Ayuda en la eliminación de toxinas
  • Mejora la circulación sanguínea debido a la presión
  • Por su alto contenido de sodio, el agua de mar es de gran ayuda en la recuperación muscular


  • En el agua los esfuerzos del corazón son menores
  • Alivia dolores reumáticos y musculares
  • Los baños en agua de mar son buenos para combatir la soriasis
  • Su alto contenido de magnesio es muy efectivo para ayudar a calmar la ansiedad
  • Revitaliza los tejidos y equilibra y retrasa el envejecimiento de nuestra piel
  • La brisa marina y los paseos por la arena ayudan a nuestro organismo a mantenerse bien
  • El aire a la orilla del mar tiene condiciones muy especiales pues está cargado de iones negativos generados por las olas del mar, teniendo efecto relajante y antidepresivo

Laureano Alberto Domínguez, gran investigador colombiano, ha resucitado los Dispensarios de Quinton, emprendiendo conversaciones y alianzas en distintas partes del mundo con el fin de extender este tipo de centros indispensables para la salud de las personas.

- Laureano Domínguez -



Estos Dispensarios sirven para la distribución del agua de mar de forma gratuita para diversos usos, realizándose un seguimiento clínico de las personas que utilizan la terapia y en la que se efectúan diversas actividades educativas, (tanto en medios como en conferencias y centros educativos) promoviendo el conocimiento sobre el potencial inmenso del agua de mar como nutriente excelente.


Laureano, al que considero discípulo de Quinton, no hace más que viajar intentando abrir estos nuevos dispensarios, ayudando a que la gente tenga un recurso gratuito que le pueda beneficiar, para salvar vidas y aumentar la calidad de vida de las personas, sobre todo en aquellos lugares donde el hambre y la pobreza golpean con fuerza ante los ojos cerrados de los países occidentales.


La consigna, desde tiempos de Quinton, es que el agua de mar no se vende.

Es un bien de toda la humanidad. Uno de los propósitos de los Dispensarios es que en el proceso de recogida de mar, transporte y almacenamiento, no exista presencia de dinero, de coste alguno, sino que sea un acto de absoluta solidaridad.

Así se ha hecho ya en,
  • Nicaragua
  • Mauritania
  • Uruguay
  • Colombia

Para que esto pueda ser posible, Laureano comenta que deben establecerse brigadas de apoyo para recoger el agua y traerla a los lugares donde se necesite. Para ello se necesita que alguien dedique el tiempo, que ponga el combustible, el vehículo y su ingenio.

Algo tan sencillo y barato que los propios gobiernos deberían establecer estos servicios totalmente gratis y estar en los objetivos y programas de sanidad y salud.


Con el agua de mar también se puede forestar, cultivar, crear Oasis Marinos que dejaremos para otra ocasión en estas entregas que estoy escribiendo para dar a conocer de forma amplia, las propiedades tan inmensas que posee el agua del mar.


Debemos extender estos conocimientos a todo aquel que quiera escucharlo. Deben cederse estos descubrimientos de Quinton a los países que se encuentran en situaciones extremas de pobreza y hambre.

Millones de niños y adultos pueden beneficiarse de los Oasis Marinos, los Dispensarios, y de la ingesta de agua del mar.

Un recurso que tenemos de forma ilimitada, una materia prima gratuita, un plasma marino que nos da vida y que tanto tu, como una aldea de Etiopia o yo, podemos obtenerlo con solo extender nuestros brazos.


El mar y sus propiedades curativas y nutricionales es un legado que Quinton dejó para la humanidad, un legado que nos quieren quitar mediante la ignorancia, con el ocultamiento de la vida y obra de René, con el olvido de lo que hizo por miles de personas.

Las farmacéuticas y los intereses económicos ocultan el avance de la ciencia, del conocimiento natural, y de nuestra armonía con el medio y con nosotros mismos.

- René Quinton -
 
El objetivo principal de este trabajo es que se difunda el legado de René por todas las redes sociales posibles, y a través de médicos e instituciones.

Consigamos que Quinton de nuevo resurja de ese agujero negro al que han querido hundirle sin éxito, y que sus enseñanzas sean patrimonio de todos, poniéndose en práctica en aquellos lugares donde la pobreza y el hambre son el horror y la plaga que cae en las consciencias de los mismos países que solo buscan beneficios económicos sin buscar una solución global.


El agua del mar es una vía para la felicidad de muchas personas.

Debemos velar para que ningún gobierno ni ninguna multinacional nos lo arrebate.



CARTA Y DOCUMENTACIÓN ENTREGADA A LA EMBAJADORA DE HAITI

Carta y documentación entregada en mano a la Señora Embajadora de Haití en España Yolette Azor-Charles. Omdimar la ha pedido encarecidamente y en vista a toda la documentación entregada, que lo traslade de forma urgente a las Autoridades sanitarias de su país, para que actúen rápidamente y emplear agua de mar para parar el Cólera y la desnutrición. No se pierde nada ni tampoco dinero, intentarlo y ver la eficacia del agua de mar. Según pasan los segundos, los niños siguen muriendo desnutridos y enfermos. Puede evitarse.....¿porqué nadie responde a este llamamiento urgente? ¿Porqué  las ONGs callan? ¿Estamos tan mecanizados que no podemos intentar poner en práctica algo tan sencillo como que los niños tomen tres vasitos diarios de agua de mar? Omdimar no puede creer que exista tanta deshumanización por parte de las ONGs que predican lo contrario. Hacemos un nuevo llamamiento desesperado para evitar más muertes inútiles. ¿Que se pierde por intentarlo?
14/ABRIL/2011

Excelentísima Señora Embajadora de Haití:

El Equipo de OMDIMAR (Oasis y Dispensarios Marinos), compuesto por su Presidente D. Francisco García-Donas, Vicepresidente Dr. Laureano Domínguez, Responsable de Educación D. Raúl Azpilikuzta y el Jefe del Gabinete de Prensa D. Pedro Pozas Terrados, nos dirigimos a Su Excelencia , con el único objetivo de dar a conocer las propiedades del agua e mar, su importancia y la necesidad a nuestro juicio urgentes, de hacerle llegar a los ciudadanos de Haití, su importancia como complemento alimentario que podría sin duda prevenir muchas de las enfermedades de las que actualmente tiene la población de ese país, así como evitar la propagación del cólera, frenando de forma decisiva esta grave y mortal enfermedad que asola en estos momentos Haití. Rene Quintón, un sabio francés, descubrió las propiedades y beneficios del agua de mar curando a miles de niños y personas mayores de una muerte segura. Sus enseñanzas fueron muy populares a principios del siglo XIX.
¿Qué es el agua de mar?...y qué no es:

El agua de mar es un elemento natural exactamente adaptado a las necesidades de la célula viva, siendo vital para combatir la desnutrición que origina las enfermedades y especialmente el cólera. Es además de por sus características y como por tu total disponibilidad, el elemento primordial para reequilibrar la salud, así como acabar con la enorme catástrofe de la mortalidad por desnutrición en el mundo.

?Para qué el agua de mar?. ¿Para qué el agua de mar?.

Para fomentar la independencia de las comunidades o países económicamente desfavorecidos, ya que el agua de mar es abundante, gratis y biodisponible.

Igualmente, el agua de mar puede utilizarse cómo agua de riego en zonas áridas para introducir la agricultura marina y, por tanto, el cultivo de plantas alimenticias, como la Salicornia, para las personas y el ganado, maíz, patatas, tomates, etc.

También puede emplearse para saneamiento en las viviendas e higiene, así como para preparar alimentos.

De igual forma y como se adjunta en la documentación a esta carta recopilada en un DVD, los dispensarios y oasis marinos, serían verdaderos núcleos de producción y bienestar, ya que no sólo servirían para la agricultura con producción altamente nutritiva, sino que serían lugares donde las poblaciones podrían recibir el agua de mar de forma gratuita y así frenar la desnutrición que tanto afecta a los países necesitados como Haití.

La toma de tres vasos diarios de agua de mar, serviría además de cómo reforzamiento nutritivo, indispensable para prevención de enfermedades y el cólera que por desgracia, tanto está afectando a Haití. Así de sencillo, con bajo costo y con un mar que es gratuito.


PROPUESTA:

De toda la documentación que se entrega con esta carta y que deseamos sea transmitida a las Autoridades de Haití, le pedimos que interceda para que las Autoridades de Haití, en base a la documentación entregada, como primera medida urgente, se levanten Dispensarios entre los núcleos de la población más afectados por la pobreza y el cólera. Estos dispensarios serían depósitos, en los que en su interior habría agua de mar decantada y que fueran analizados por las Autoridades Sanitarias para dar el visto bueno para su consumo. El agua de mar podría ser recogida mediante mangueras y un pequeño motor de extracción desde la misma orilla del mar, en zonas donde no exista polución, al interior de un camión cisterna. Posteriormente este camión llevaría el agua de mar y lo depositaría en los depósitos dispensarios distribuidos estratégicamente entre los núcleos de población afectados. No es necesaria ninguna construcción de ningún tipo, ni tampoco de cuidados especiales porque el mar no se pudre nunca. Sólo un depósito. Una vez pasado todo el proceso (decantación y análisis por las Autoridades) esa agua de mar se repartiría entre la población de forma gratuita, indicándoles que se tomaran tres vasitos diarios de agua de mar. Insistimos que no es una medicina, sino un reforzamiento fuertemente nutritivo para evitar la desnutrición. Todas las enfermedades son ácidas. El agua de mar es alcalina, con un PH de 8,2 y además muy nutritiva por lo que previene la desnutrición y las enfermedades.


Esta primera fase de los dispensarios, puede realizarse de forma rápida y con unos medios económicos muy bajos y de forma sencilla y eficaz.

La segunda fase, el costo sería algo superior, pero también económico, que consistiría básicamente en la creación de Oasis marinos, cuyos informes se adjunta con esta carta.

Sin más y agradeciendo su apoyo a las propiedades beneficiosas del agua del mar, le agradeceríamos, enviara toda la documentación y propuesta a las Autoridades de su país para que sea valorado. OMDIMAR, puede desplazar a varias personas para enseñar esta forma sencilla de tomar agua de mar, de prevenir la desnutrición, las enfermedades y el cólera.

Reciba un cordial saludo:
Jefe del Departamento de Prensa de OMDIMAR:

Pedro Pozas Terradosnautilusmar@yahoo.es

Teléfonos: 91 804 69 62 678 708 832
http://dispensariosyoasismarinos.blogspot.com/





No hay comentarios:

Publicar un comentario